Ella de arriba

Domira, con trece años migra sola en barco hacia otra tierra, lleva lo puesto y una fuerza profunda. Ese movimiento hará eco en el tiempo y se convertirá en el mito fundacional de mi origen. Viajé a Ella de arriba -el pueblo natal de mi abuela en Galicia- siguiendo el rastro de un primer viaje que hizo ella con mi padre en el año 1969. Esa fué la primera y última vez que volvió a su tierra.

De ese viaje tengo dos registros: un sobre con fotos y un casette con grabaciones donde la familia de allá le habla y canta a su familia lejana de acá. Allí, los vínculos son puntos cruzados de un mapa emocional que se traza lento en el tiempo. Cartografías íntimas de una memoria colectiva.

Trabajé sobre el imaginario del relato de mi origen, el propio, el que me transmitieron, el que fue, el que imagino, todos fusionados en uno nuevo, inconcluso, fuera de tiempo.

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